Una de las habilidades fundamentales de la inteligencia emocional es el adecuado manejo de las emociones en uno mismo, también llamada autocontrol emocional. Supone poseer una serie de habilidades que permitan a la persona:
- hacerse cargo de la situación
- tomar decisiones entre alternativas posibles
- reaccionar de manera controlada
El autocontrol puede ser enseñado y aprendido. El autocontrol emocional persigue encontrar el equilibrio emocional para alcanzar la autonomía y el bienestar personal.
Para manejar tus emociones es necesario que tomes conciencia de qué tipo de emoción estás experimentando y para qué te sirve.
Algunos autores (Fernández-Abascal y otros), además de las emociones primarias, secundarias e instrumentales, matizan que estas pueden ser:
- positivas: implican sentimientos agradables, valoración de la situación como beneficiosa. Tienen duración temporal corta y movilizan escasos recursos para su afrontamiento. Ej.: la alegría.
- negativas: implican sentimientos desagradables, valoración de la situación como dañina. Moviliza muchos recursos para su afrontamiento. Ej.: el miedo, la tristeza, la ira, el asco.
- neutras: son las que por sí mismas no producen reacciones agradables ni desagradables, aunque pueden facilitar la aparición de posteriores estados emocionales. Ej.: la sorpresa.
El manejo emocional implica también la habilidad para inducir emociones y estados de ánimo positivos en uno mismo y en los demás. En ese sentido es recomendable:
- Autoconocerse a través de la propia reflexión para identificar las emociones que experimentamos.
- Controlar la expresión de las emociones negativas y promover la expresión de las emociones positivas, esto favorece nuestro bienestar personal y las relaciones con los otros.