La aceptación en Mindfulness significa aceptar con comprensión y sin miedo:
- cómo somos, con nuestras cualidades y defectos
- qué hacemos, tanto si nos sale bien como mal
- cómo son las cosas en nuestra realidad próxima
Ello implica aplacar nuestra mente enjuiciadora, que nos puede criticar tanto por cómo somos, como por lo que hacemos.
Los niños pequeños casi nunca tienen problema con su imagen, los problemas surgen cuando otros niños o adultos opinan sobre él, entonces aprenden a emitir juicios negativos sobre su propia persona: “qué feo… bajito… gordo… soso… tonto… soy”
Los adolescentes y adultos pueden tener problemas con su imagen cuando perciben cómo va cambiando su cuerpo y/o su carácter y no aceptan estos cambios
Para aprender a aceptarnos es fundamental:
- Acallar nuestro juez interior
- Rodearnos de personas que nos acepten cómo somos
Una buena parte de nuestra identidad personal se construye con el balance de logros y fracasos en nuestras actuaciones.
El enfoque hacia nuestros actos adecuados o las equivocaciones, depende, al igual que en la construcción de la imagen corporal de:
- Las reacciones que percibimos de los demás. Si el niño crece sintiéndose criticado desarrolla imágenes de sí mismo negativas, mientras que quienes se sienten amados desarrollan imágenes positivas
- La historia de éxitos y fracasos al enfrentarnos a los desafíos de la vida: académica, deportiva, artística, profesional o social
Aceptar lo que hacemos bien es fácil, reconocer lo que hacemos mal, sin frustrarnos, supone:
- aprender a etiquetar la actuación concreta: “esto me ha salido mal”
- sin criticarnos a nosotros mismos: “eres un inútil”
- evitando los pensamientos distorsionados: “todo te sale mal”
Aceptar la realidad en Mindfulness supone percibir cómo son las cosas en nuestra realidad próxima, aceptando tanto los puntos positivos como los negativos.
Si algunos de los aspectos de esta realidad no nos gustan, aprender a no estancarnos en los pensamientos negativos sobre ellos.
Aprender a SURFEAR: subir la ola, intentando no caernos dentro, y si nos caemos, remontar de nuevo la ola.
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