Para tener conciencia plena de las propias emociones es necesario darse cuenta de:
a) Lo que SIENTO
b) Lo que PIENSO
c) Lo que HAGO o NO HAGO. Expresión de las emociones (lo veremos en otro artículo)
a) LO QUE SIENTO
La práctica de Mindfulness nos ayuda a percibir sensaciones de las que normalmente no somos conscientes.
Con la meditación, tanto la breve como la formal, los niños aprenden a sentir el cuerpo:
– localizar las sensaciones corporales
– percibir su intensidad
Aprender a concentrarnos nos permite percibir con bastante claridad cualquier cosa a la que dirijamos nuestra atención.
Y, a la inversa, cuando dirigimos la atención a las sensaciones, aumenta la concentración en el lugar del cuerpo hacia el que dirigimos la atención. En la mayor parte de meditaciones llevamos la atención hacia determinadas partes del cuerpo, esta es una buena manera de enseñar a los niños a reconocer sensaciones en su propio cuerpo. Por ejemplo, las meditaciones “Sintiendo el cuerpo” “Meditación de la plastilina” “Meditación de la tranquilidad” y la “Relajación muscular de Jacobson” van en esta línea. (https://www.amparopilesmindfulness.com/meditaciones-para-ninos-formales)
b) LO QUE PIENSO
La emoción va acompañada, además de sensaciones, de pensamientos:
- Los que la acompañan en el momento de sentir la emoción, que suelen ser bastante automáticos
- Pensamientos más elaborados, dando lugar a posibles “rumiaciones”, cuando posteriormente recordamos la emoción
Los pensamientos, a través del lóbulo prefrontal, regulan la expresión de las emociones. Lo que el niño piensa en el instante de sentir la emoción, o después, decidirá la intensidad de esa emoción.
Por ejemplo, si otro niño le da un empujón, puede pensar:
- “todos los niños están siempre empujándome”, es un pensamiento distorsionado (exagerado y negativo) de sobregeneralización. En este caso puede sentirse víctima y la emoción, bien sea enfado o tristeza, será bastante intensa.
- “este niño no para, ahora le da por empujar a quien pilla delante”, este es un pensamiento más maduro y realista, que relativiza la actuación del otro niño. La emoción que sentirá será de molestia poco intensa.
Si queremos ayudar a nuestros hijos o alumnos a madurar en el autoconocimiento de emociones, tan importante es enseñarle a reconocer donde se sienten las emociones, como saber gestionar adecuadamente los pensamientos que las acompañan.