No podemos evitar tener emociones perturbadoras, todas ellas cumplen una función, pero sí podemos controlar su duración e intensidad.
Podemos considerar las emociones fuertes como tormentas pasajeras, nos invaden y sacuden, pero luego pasan y se van. El que dure una hora, muchas horas o días depende de nuestra capacidad de calmar nuestro cuerpo y mente, todo ello entrenable practicando meditaciones Mindfulness.
Thich Nhat Hanh propone el símil de nuestro ser con un árbol:
- Las copas de los árboles son la mente pensante, cuando hay tormenta las copas se agitan y podrían dañarse
- El tronco del árbol, más sólido y estable, sería el cuerpo. Cuando tenemos una fuerte emoción es mejor concentrarse en el tronco.
- Las raíces comienzan en el abdomen, 4-5 cms por debajo del ombligo, la concentración en este punto es la mejor opción cuando la mente está agitada
Te propongo una meditación breve basada en la Respiración y conciencia corporal:
- Sentirse un árbol
- Colocar una mano sobre el vientre, concentrando la atención en como sube y baja con la respiración.
- Puedes repetir: “Me siento seguro” ”Mis raíces me tranquilizan”.
- Realizar 3-5 respiraciones